La transición hacia un sistema agroalimentario justo y sostenible desde la Agroecología y la Soberanía Alimentaria

El sistema agroalimentario industrial y globalizado

Actualmente, podemos afirmar que existe un sistema agroalimentario hegemónico altamente industrializado y globalizado. Aunque, afortunadamente hay muchas experiencias que siguen enfrentando y resistiendo a este modelo que, además, demuestran tener una gran resiliencia frente a los desafíos que se nos presentan y serán básicas para enfrentar los nuevos escenarios climáticos. A partir del estallido de la Revolución Verde, en la segunda mitad del siglo XX, la cual permitió aumentar en un tercio la producción de alimentos a nivel mundial, la producción alimentaria empezó a depender en gran medida de recursos no renovables y contaminantes. Este cambio, juntamente con la globalización del sistema alimentario que se dio en los años posteriores, impulsó una serie de cambios estructurales y culturales que acabaron transformando profundamente nuestra relación con los alimentos.

Uno de los cambios más importantes fue que la producción de alimentos pasó de ser un proceso que se daba de manera local, es decir, pequeños campesinos y campesinas proporcionaban alimentos a sus propias familias y a sus comunidades, a que los alimentos empezaran a formar parte del mercado globalizado y se incluyeran en las estrategias comerciales de las grandes empresas. Este cambio hizo que los alimentos dejaran de ser considerados un bien común y fueran tratados como una mercancía más en el sistema económico imperante. Antes de llegar a este punto, los alimentos tenían una tarea principal que era la de nutrir y permitir el desarrollo completo de los individuos, donde las comunidades trabajaban para que su producción no se viera comprometida.

En el momento en que la producción de alimentos empezó a responder a las necesidades y dictados del mercado, se perdieron estos roles centrales y comenzaron a instalarse dinámicas que ponen en riesgo el acceso a una alimentación sana y saludable para toda la población. Con la mercantilización de los alimentos, gran parte de su distribución y comercialización han quedado en manos de pocas multinacionales, que acumulan mucho poder y se caracterizan por presentarse a través de las grandes marcas que podemos encontrar en los supermercados. Este modelo que, como se ha dicho, aumentó la producción de alimentos y la capacidad de distribución de éstos, sigue sin garantizar el acceso a ellos.

Actualmente, se producen alimentos para 10.000 millones de personas a nivel mundial, lo que es más que suficiente para alimentar a toda la población, aunque más de 700 millones de personas en el mundo siguen sufriendo desnutrición. Este hecho nos muestra la gran paradoja del sistema agroalimentario industrial, ya que éste es incapaz de erradicar el hambre en el mundo, pero no debido a una producción de alimentos insuficiente, sino a que el acceso a alimentos de calidad no es justo ni equitativo para toda la población. Además, el control del sistema alimentario por parte de grandes empresas ha provocado que éstas también acaparen recursos naturales comunes, como el agua, la tierra o las semillas, especulando con ellos y restringiendo el acceso a los mismos por parte de las comunidades locales. Así, se observa como miles de campesinos y campesinas, especialmente en el Sur Global, han perdido la capacidad de producir alimentos para su propio consumo, condenándolos a sufrir inseguridad alimentaria. En resumen, el sistema agroalimentario industrial es altamente insostenible a nivel ambiental, pero también a nivel social y es generador de grandes injusticias

La agroecología y la Soberanía Alimentaria

Para hacer frente a los déficits que presenta el sistema agroalimentario industrial emergen prácticas e iniciativas que surgen del conocimiento acumulado durante generaciones por campesinos y campesinas alrededor del mundo. La agroecología es conocida principalmente por las prácticas que la caracterizan que se destacan por no emplear agrotóxicos y presentar combinaciones de cultivos y gran biodiversidad, las cuales generan asociaciones positivas entre los elementos que constituyen los agroecosistemas y optimizan su desarrollo. A diferencia del sistema agroalimentario industrial, la agroecología se desarrolla a partir de las decisiones y gestión que realizan los campesinos y campesinas, de manera que las personas productoras recuperan el poder arrebatado dentro de la cadena alimentaria y se respeta y revaloriza su trabajo. Así, la agroecología proporciona alimentos locales, de temporada, ecológicos a través de circuitos cortos de comercialización, generando riqueza en el territorio. De la misma manera, recupera y protege variedades de cultivos y razas tradicionales, con los saberes vinculados a su manejo, y también mantiene el mundo rural vivo, gestiona el territorio, cuida el paisaje y fomenta los vínculos entre personas productoras y consumidoras.

Pero, la agroecología no anda sola y es que se enmarca en la Soberanía Alimentaria. Ésta es un movimiento político que surge de la organización y lucha de personas campesinas alrededor del mundo. En la década de los años 90, pequeñas productoras se organizaron para enfrentar y decir basta a la marginalización y pérdida de derechos a los que las estaba condenando la globalización del sistema agroalimentario industrial. Muchas de estas personas habían visto como la irrupción de grandes multinacionales creando un sistema alimentario globalizado había provocado que se privatizaran los recursos naturales que les permitían alimentar a sus familias y generar pequeños ingresos para su subsistencia, poniendo en riesgo su propio desarrollo. De esta manera, surgió el movimiento de La Vía Campesina, la cual aglutina a miles de campesinas y campesinos de todas las latitudes para luchar contra la destrucción y desigualdades que genera el sistema alimentario globalizado. Entre sus acciones, se destaca el desarrollo e internacionalización del concepto de Soberanía Alimentaria, el cual hoy en día está reconocido por organismos oficiales. La Soberanía Alimentaria aboga por tratar la alimentación como un derecho humano, el cual debe estar garantizado para toda la población y no puede estar subordinado a las dinámicas del mercado. Afirma que la población tiene el derecho a decidir sobre su alimentación o, lo que es lo mismo, decidir qué alimentos consumen, cómo los producen y para quién los producen, entre otros. Además, como elemento indispensable, la Soberanía Alimentaria defiende que los recursos que permiten la producción de alimentos, como la tierra, el agua, las semillas o el conocimiento, deben ser de acceso común y no pueden estar privatizados, de manera que todas las personas tengan la capacidad de cultivar alimentos. Así, este movimiento devuelve el poder a los eslabones de la cadena alimentaria que el sistema alimentario industrial ha tratado de debilitar, como son las personas productoras y las personas consumidoras, poniendo sus necesidades y demandas en el centro.

La expansión de la agroecología en el Estado español

La necesidad de cambiar el paradigma al que nos relega el sistema agroalimentario industrial hace que muchas comunidades hayan empezado a trabajar para la transición hacia sistemas agroalimentarios más sostenibles, saludables y justos. Una de las iniciativas que insta a las ciudades a ponerse manos a la obra es el Pacto de Milán, que han firmado 210 ciudades de todo el mundo, entre ellas Barcelona, Córdoba y Zaragoza. Éste ha permitido que grandes ciudades construyan e incentiven acciones que promueven la agroecología y/o la Soberanía Alimentaria en su territorio. En el Estado español se destaca la aparición de la Red de Municipios por la Agroecología, la cual une a entidades locales de diversa índole (asociaciones, organizaciones de la sociedad civil, técnicos de la administración, etc.) para coordinar acciones y generar intercambio de conocimientos de manera que se consigan generar políticas locales enfocadas en la promoción del derecho a una alimentación sostenible, local, justa y saludable para toda la población.

REFERENCIAS

Pacto de Milán | Alimentación Sostenible | Ajuntament de Barcelona.

Via Campesina – ¡Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza!

Declaración de Nyéléni (2007).

Agroecología y Soberanía alimentaria – OSALA.

¿Qué es la Red de Municipios por la Agroecología?

Autora

Mar Calvet Nogués

Investigadora predoctoral en INGENIO [CSIC – UPV]

Miembro de la Cátedra en Agroecología y Sistemas Alimentarios de la UVic