¿Qué son las islas de plástico?

Las islas de plástico o, más frecuentemente, las manchas o islas de basura suponen una grave amenaza para el medio ambiente y la salud humana. En este artículo descubrirás qué son estas islas de plástico y qué posibilidades tenemos de revertir la situación actual.

La cantidad de plástico que utilizamos para envasar, transportar o almacenar alimentos ha aumentado rápidamente en los últimos años. Envolvemos, embalamos, embotellamos y embolsamos innecesariamente, siempre por comodidad. El gran problema es que solemos utilizar plástico desechable de un solo uso.

Según un informe de 2019 de la WWF, en solo cuatro años, de 2000 a 2016, produjimos la mitad de plástico que entre 1950 y 2000. Y el ritmo sigue aumentando. Sabemos que el plástico puede tardar hasta 1000 años en desintegrarse, y que reducir y reciclar es la solución a este problema. Pese a ello, los mares se han convertido en un vertedero de plástico.

Un informe de la ONU calcula que unos 8 millones de toneladas métricas de plástico acaban en el océano cada año. Esto equivale a hundir en el mar un camión de plástico cada minuto. Las corrientes marinas acumulan los desechos especialmente en cinco lugares, formando grandes parches de basura conocidos como islas de plástico o manchas de basura. La primera de estas islas de plástico se encontró en 1997 y actualmente sabemos de la existencia de 6 más.

La existencia de estas manchas de basura preocupa cada vez más a la sociedad y a los científicos: el solo hecho de que existan constituye un lamentable indicio sobre cómo gestionamos los residuos que producimos.

Las islas de plástico representan un grave problema medioambiental: afectan principalmente a la vida marina, pero también nos afectan a nosotros. De la lenta degradación del plástico surgen los microplásticos, partículas diminutas que pueden acabar siendo ingeridas por los peces y otros animales. En consecuencia, los microplásticos se acumulan en los tejidos de los organismos que comemos. Algunos estudios estiman que consumimos 5 g de microplásticos -el equivalente a comer una tarjeta de crédito- cada semana.

La mayoría de los productos plásticos presentes en el océano proceden de actividades como la pesca, la navegación y el turismo. Sin embargo, no debemos olvidar las fuentes terrestres de plástico, como la industria, la agricultura, la ganadería y la mala gestión de los residuos.

POSIBLES SOLUCIONES PARA LAS ISLAS DE PLÁSTICO

Está claro que las políticas de gestión de residuos son parte de la solución. Por un lado, los gobiernos pueden aplicar leyes y otras herramientas para regular la gestión de residuos, prohibir el uso de plásticos de un solo uso, financiar nuevas investigaciones, etc. Por otro, las empresas privadas y los particulares debemos percatarnos del impacto de las decisiones que tomamos y de cómo promover la reducción del plástico en casa, en el trabajo y a nivel industrial.

Para revertir la situación, organizaciones y ciudadanos realizan barridos y limpiezas de playas y aguas costeras, pero lamentablemente sus esfuerzos no son suficientes: el mar ya está lleno de plástico. Para conseguir cambios hay que trabajar desde distintas perspectivas: fomentar el reciclaje, mejorar la gestión de residuos, apoyar la investigación y la innovación tecnológica, etc.

Afortunadamente, ya están en marcha acciones solidarias y privadas orientadas a reducir la cantidad de plástico en los mares, reciclarlo, transformarlo y aprovecharlo. Por ejemplo, algunas asociaciones profesionales fomentan la recogida de plástico cuando salen a pescar y, después, lo ceden a empresas u otras organizaciones para fabricar ropa, zapatillas o material escolar. Es el caso de iniciativas como Vertidos CeroEcoMarLimpocean4Ocean y Gravity Wave.

LA CIENCIA, ALIADA EN LA REDUCCIÓN DE RESIDUOS

También hay iniciativas innovadoras que intentan llegar a las causas profundas del problema, como el seguimiento de la cantidad de plástico que ya está en los océanos. Este tipo de acción puede ayudar a identificar las fuentes de los residuos plásticos, analizar las causas y desarrollar estrategias para reducirlos.

Una de esas líneas de investigación innovadoras gira en torno al descubrimiento de Ideonella sakaiensis, una bacteria capaz de transformar el PET en un material fácilmente degradable. Gracias a esta bacteria se han creado varias enzimas capaces de digerir el plástico. Estos avances sugieren que, además de utilizar las botellas de plástico para hacer compost para los campos, podríamos limpiar los océanos de plástico.

LA GESTIÓN DE LOS RESIDUOS: LA RESPUESTA AL PROBLEMA

Las islas de plástico son un ejemplo de la necesidad de actuar con rapidez. El reciclaje es importante, pero tenemos que reducir al máximo la cantidad de plástico que producimos y tiramos en forma de residuo y, a la vez, fomentar el uso de materiales reciclables y biodegradables.

Necesitamos medidas eficaces para reducir la cantidad de residuos que arrojamos al mar, y esas medidas deben ser puestas en práctica por particulares y entidades de la sociedad civil, empresas y gobiernos. Es esencial tener en cuenta que todo el mundo puede aportar su granito de arena para reducir la huella ecológica humana.

Una manera de empezar es evitar los plásticos de un solo uso y reducir al máximo la cantidad de plástico que utilizamos en casa o en el trabajo. También podemos crear y participar en iniciativas para limpiar los mares, fomentar políticas de reducción, reutilización y reciclaje de residuos, votar a los partidos que propongan leyes e instituciones orientadas a reducir el plástico y proteger los océanos, etc. ¡Tenemos mucho que hacer! ¡Pasemos a la acción!

¿QUÉ PUEDES HACER PARA REDUCIR EL PLÁSTICO Y MINIMIZAR TU HUELLA ECOLÓGICA?

> 15 actividades educativas para reducir el uso de plástico (en catalán).

  1. Utiliza bolsas reutilizables.
  2. Bebe en botellas de vidrio reutilizables, no en botellas de plástico de un solo uso.
  3. Evita comprar alimentos y bebidas con envases de plástico; elige productos con envases alternativos, como papel, vidrio o metal.
  4. Compra productos a granel para evitar los envases individuales.
  5. Utiliza fiambreras de cristal o metal.
  6. Evita los productos con microplásticos, por ejemplo, algunos exfoliantes faciales y corporales.

Si quieres saber más sobre este y otros aspectos de la alimentación saludable y sostenible, acércate a la exposición MENJA, ACTUA, IMPACTA [COME, ACTÚA, IMPACTA] en El Prat de Llobregat.

Y recuerda, ¡si te cuidas tú, cuidas el planeta!