Etiquetado en la alimentación

Si hay algo que hacemos todos, cada día, es comer. Y salvo algunos predoductos frescos, la mayor parte de nuestro alimento viene en envases que sirven para almacernarlos, transportarlos y conservarlos. Dicho esto, echemos un vistazo a las etiquetas que llevan esos envases. ¿Qué nos dicen? ¿Prestas suficiente atención a lo que ponen? Resulta esencial saber que, como consumidores, tenemos derecho a saber qué estamos comprando cuando escogemos un alimento y deberíamos tener a nuestra disposición la máxima información posible al respecto.

En este artículo analizaremos estos aspectos que parecen muy básicos, pero a los cuales no solemos darles la importancia que realmente tienen.

¿CÓMO INFLUYEN LAS ETIQUETAS EN NUESTRAS ELECCIONES ALIMENTARIAS?

Eso se preguntaron los científicos Gustavo Schneider y Anastasiya P. Ghosh en su estudio, publicado en 2019, ¿Debemos confiar en las etiquetas? Cómo influye la categorización de alimentos y marcas en la percepción de lo saludable y las preferencias (en inglés). Su objetivo era examinar mediante el método científico la manera en que eitquetado frontal de los envases (EFE) de los alimentos influyen en las preferencias de los consumidores a la hora de tomar decisiones más saludables, es decir, si compran y consumen determinados productos o no según su etiquetado.

El estudio afirma al hacer la compra nos preguntamos si el producto alimentario que tenemos en nuestras manos es saludable o no y que respondemos basándonos únicamente en la inforamción del EFE. Parece un enfoque muy reduccionista porque no tiene en cuenta otros importantes aspectos del alimento que explicaremos más abajo. Además, dada la falta de conocimientos adecuados, entre otros motivos, la población exhibe una tendencia general a cometer equivocaciones al calcular las calorías de sus alimentos. Como consecuencia, podemos decir que, en general, nos dejamos llevar por lo que afirma el EFE y con ello, permitimos que influya en nuestra salud.

Además, el estudio prueba que existe una predisposición a escoger alimentos con EFE que afirman contener determinados nutrientes o ser saludables, como en los casos de «bajo en grasa» o «fuente de fibra». Por tanto, un consumidor cree que un producto o marca es saludable o no lo es, sólo por lo que pone la EFE, ya que el consumidor confía en el producto a causa de que puede hacerse una idea de la salubridad de los alimentos que lo componen y percibe consecuencias positivas para su salud. ¿Dónde está el problema? En que hay productos -por no decir que es la mayoría- que son poco o nada saludables y tienen una etiqueta engañosa que estratégicamente incita comprar o consumir más.

En línea con estas ideas está el estudio Etiquetado nutricional frontal de envases. ¿Un abuso de confianza por parte de la industria alimentaria? (en inglés) que afirma que, en enero de 2011, dos importantes asociaciones comerciales de la industria alimentaria -Grocery Manufacturers of America y el Food Marketing Institute- anunciaron una forma de etiquetado nutricional innovadora y voluntaria en el marco del programa Nutrition Keys, que buscaba homogeneizar el EFE de los productos alimentarios con la finalidad de proporcionar información nutriticional objetiva al consumidor.

Hasta aquí todo parece correcto, pero atención porque hay trampa: en el fondo, el programa perpetúa el modelo competitivo y anticuado de la industria alimentar y, además, ha sido impulsado sin tener en cuenta al Gobierno estadounidense ni a la comunidad de salud pública. Asimismo, los símbolos que se utilizan pueden consumir de manera deliberada a los consumidores porque los nutrientes que aparencen en las etiquetas pueden cambiar a criterio de la empresa y eso engaña a causa de que un producto que considera apto y saludable por su elevado contenido de nutrientes opcionales (como el potasio, las vitaminas, el calcio o el hierro) no debería clasificarse de esa manera con motivo de su exceso de componentes obligados (como el azúcar, el sodio, las calorías o los ácidos grasos saturados o grasas saturadas).

Por otra parte, Brownell y Kaplan (2011) comentan el sistema de semáforo, que utiliza círculos de color verde, amarillo o rojo para cada componente nutritivo de un producto alimentario con la finalidad de indicar si es saludable, intermedio o no saludable respectivamente. Este sistema es muiy polémico porque también permite manipulaciones: detrás del mismo no hay una base científica sólida y el consumidor, que sólo mira el paquete una media de 30 s, acaba comprado productos poco saludables. Por último, se sabe que la industria alimentaria gastó hasta 1500 millones de dólares para presionar a la Unión Europea para que aprobara el sistema de semáforo en el EFE.

PARA CONCLUIR

A modo de conclusión, exponemos los siguientes puntos:

  1. Nos encontramos ante un escenario en el que la diabetes, la obesidad, los accidentes cerebrovasculares y la hipertensión aumentan su incidencia en la población y gran parte de la causa está en uno hábitos alimentarios inadecuados.
  2. Necesitamos EFE que permitan a los consumidores tener una visión rápida y sencilla del valor y nutricional y los riesgos asociados del producto que le interesa. El semáforo nutricional es una buena herramienta para realizar una evaluación relativa y puede promover una toma de decisiones más informada, pero siempre que detrás haya pruebas científicas que lo apoyen.
  3. El etiquetado es importante porque constituye el primer escalón para construir un sistema alimentario sostenible y saludable. Por eso, pese a que se ha de ayudar a los consumidores a tomar mejores decisiones, también debe reivindicarse que el etiquetado sea adecuado. Por tanto, esta es y debe ser una cuestión importante para los responsables políticos y empresariales.
  4. Se están realizando evaluaciones de alternativas de etiquetado nutricional frontal de envases, a pesar de que hay mucha controversia y deberemos esperar a ver qué nos depara el futuro.

En España es obligatorio dar información sobre la composición de los alimentos y su valor nutricional desde 2016, pero el sistema francés de etiquetado Nutri-Score sólo se implementó en 2021. Este clasifica los productos alimentarios según una escala que va de la A a la E (de más a menos saludable) en la cual a cada letra le corresponde, además, un color (del verde, más saludable, al amarillo y el rojo, menos saludables).

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Fuente: anafric.es

¿Y cuál es el problema? Que la clasificación se realiza con un algoritmo en el cual se consideran cantidades de nutrientes favorables y desfavorables, por lo que es muy fácil de engañar. Este es el motivo de que numerosas asociaciones y colectivos vinculados a la nutrición y la dietética critiquen este sistema. El ejemplo que más eco ha tenido es el del aceite de oliva, que pese a ser un alimento muy saludable típico de nuestra dieta mediterránea, recibe una valoración muy negativa a causa de que es 100% un ácido graso (grasa o lípido) y, por tanto, no hay ningún valor positivo que compense el cálculo.

Desafortunadamente, todavía no se ha acordad un sistema que aparezca en el campo frontal de los envases y, como sugieren los estudios mencionados más arriba, acaban siendo las propias empresas productoras de alimentos las que se autorregulan con sus propios sistemas de etiquetado.

EL ARTE DE LEER LAS ETIQUETAS DE LOS PRODUCTOS ALIMENTARIOS

Tal com indica la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria, el etiquetado es el principal medio de comunicación entre los productores y los consumidores, y permite conocer el alimento: su origen, su modo de conservación, los ingrediente que lo componen y los nutrientes que aporta a nuestra dieta.

Las etiquetas contienen información nutricional (valor energético o calórico, contenido de ácidos grasos (grasas), de hidratos de carbono, de proteínas y sal) relacionada con un alimento y esos datos se pueden exponer de maneras diferentes: indicaciones verbales, dibujos, símbolos o menciones que se encuentran en el envase, la etiqueta, la faja o cualquier otro elemento que acompañe un producto alimentario.

¿Qué información es obligatoria en una etiqueta de alimentos envasados?

  1. Si el envase tiene una capacidad menor a 25 cm², la informació nutricional no será obligatoria.
  2. Si es inferior a 10 cm², no es obligatorio incluir ni la información nutricional ni la lista de ingredientes.
  3. El nombre del alimento, el contenido neto, la presencia de posibles alérgenos y la fecha de duración mínima del mismo deben indicarse siempre, independientemente del tamaño del envase.
  4. Es obligatorio incluir información adicional para alimentos envasados que contengan: determinados gases, ácido glicirricínico (o su sal de amonio), elevadas cantidades de cafeína, fitoesteroles, carne o preparados cárnicos congelados o productos de pesca no transformados congelados.

La información nutricional nos permite conocer el valor nutricional de un alimento y determinar las cantidades de calorías y nutrientes de una ración. Además, permite comparar el valor nutritivo de un alimento con el de otros y elegir aquellos que contribuyen a llevar una dieta sostenible y saludable en función de nuestras necesidades.

Más allá de la información nutricional, en las etiquetas de los alimentos encontramos otros elementos importantes:

  1. Denominación del alimento.
  2. Fecha de duración mínima o caducidad.
  3. Condiciones especiales de conservación y condiciones de utilización.
  4. Nombre o razón social y dirección del operador de la empresa alimentaria.
  5. El país de origen o lugar de procedencia.
  6. Indicación del lote según el real decreto 1808/1991, del 13 de diciembre, por el cual se regulan las menciones o marcas que permitan identificar el lote.
  7. La etiqueta debe estar escrita en la lengua oficial del Estado.

¿CÓMO INTERPRETO LA INFORMACIÓN NUTRICIONAL DE UNA ETIQUETA?

La información nutricional se expresa por 100 gramos o 100 mililitros de producto y esto permite comparar el valor nutricional de diferentes alimentos. Más específicamente, la información nutricional indica:

  1. El valor energético, que es la cantidad de energía, expresada en kilojulios (kJ) y kilocalorías (kcal), que tiene el alimento.
  2. Las cantidades en gramos (g) de cada nutriente: ácidos grasos saturados, hidratos de carbono, azúcares, proteínas, sal.
  3. Opcionalmente, la cantidad de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, polialcoholes, almidón, fibra alimentaria, vitaminas y minerales.
  4. Opcionalmente, la información nutricional puede expresarse por porción o unidad de consumo. En este caso se debe indicar el tamaño y el número de porciones o unidades que contiene el envase. Por ejemplo, yogur de 125 g o porción de 20 g.
  5. Opcionalmente el porcentaje de la ingesta de referencia (%IR), que son las cantidades diarias recomendadas de energía y de diferentes nutrientes. A continuación, indicamos las ingestas de referencia del valor energético y nutrientes para adultos:

VALOR ENERGÉTICO O NUTRIENTEINGESTA DE REFERENCIA
Valor energético8.400 kJ / 2.000 kcal
Total ácidos grasos70 g
Ácidos grasos saturados20 g
Hidratos de carbono260 g
Azúcares90 g
Proteínas50 g
Sal6 g
Fuente: UK Food Standards Agency (2007)

Aquí debajo tienes un ejemplo de etiqueta de un queso comprado en un supermercado. Comprueba si, con lo que hemos explicado, entiendes toda la información que pone.

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Font: Eroski.es

ETIQUETAS, TECNOLOGÍA Y ALIMENTOS CON NOMBRE Y APELLIDOS

Actualmente tenemos a nuestro alcance muchas herramientas tecnológicas que nos proporcionan información y, obviamente, la industria alimentaria está presente en ese campo. Destacan las aplicaciones que permiten al consumidor buscar información interesante y útil al escanear los productos. En este enlace encontrarás una colección de nueve aplicaciones diferentes. Con todo, es importante que no pongamos toda nuestra confianza en estas herramientas y que las utilicemos como una ayuda más, dado que los datos que contienen no son todos iguales y podríamos obtener resultados diferentes para un mismo producto. Por este motivo cabe recordar que es imprescindible leer las etiquetas y sacar nuestras propias conclusiones.

Para finalizar, queremos recordarte que tienes a tu disposición una herramienta informática europea sobre el etiquetado de alimentos que se llama FLIS (siglas de la expresión inglesa Food Labelling Information System) y permite a los usuarios seleccionar un alimento y recuperar las indicaciones obligatorias de su etiquetado en la Unión Europea. La herramienta abarca 87 categorías diferentes de aliemntos y, además, permite consultar las disposiciones legales pertinenetes, así como los documentos de orientación existentes. El objetivo principal de la herramienta es ayudar a los operadores de las empresas alimentarias a identificar las indicaciones obligatorias que deberían aparecer en sus productos y así promover la correcta implementación de la legislación pertinente, además de facilitar la tarea de las autoridades nacionales de control y proporcionar información a los usuarios para que tomen decisiones alimentarias informadas.