Pesca y consumo responsable

¿Qué sabes de la pesca? ¿De dónde viene el pescado que comes?

Los peces no suelen protagonistas de muchos artículos informativos ni documentales de divulgación, pero esta vez les daremos voz.

INTRODUCCIÓN

La pesca ha desempeñado un papel fundamental en la alimentación humana en términos económicos y sociales, especialmente para algunas poblaciones costeras.

La situación actual es complicada: nuestros mares tienen cada vez menos peces y la demanda de recursos pesqueros no disminuye. Las previsiones son desoladoras por causa de una larga lista de problemas interrelacionados que examinaremos más abajo. Esa problemática está conduciendo nuestros recursos pesqueros al colapso en la gran mayoría de las regiones marinas. Y a eso debemos añadirle las previsiones demográficas, según las cuales a mitad de este siglo la población mundial rondará los nueve mil millones de personas.

Con todo, la pesca seguirá siendo esencial y es posible garantizar su continuidad, tal como lo indican numerosos casos de éxito, pero para ello necesitamos emprender dos tipos de acciones. Por una parte, aplicar a la pesca políticas y gestión sostenibles, es decir, gestionar las pesquerías desde una perspectiva ecosistémica, centrada en los recursos y atenta a sus necesidades y relaciones con el entorno. Por otra parte, debemos concienciar a consumidores y consumidoras acerca de la problemática y promover buenas prácticas, como las que describiremos a continuación.

Un ejemplo positivo y cercano, lo ofrece el fondo del canal entre Menorca y Mallorca, donde a pesar de que siempre ha habido pesca, las comunidades biológicas están en un excelente estado de conservación. Se cree que esta situación excepcional se debe a la utilización de flotas pesqueras pequeñas y artes de pesca no agresivas (artesanales o nasas) que casi no han afectado el fondo marino como lo hace la pesca industrial de arrastre, por ejemplo. Además, los pescadores locales utilizan otras buenas prácticas, entre ellas limpiar las redes después de cada uso y devolver las especies no comerciales al mismo lugar de su captura. Esto prueba que es posible explotar los recursos marinos de una manera más sostenible y, en particular, que las formas de explotación tradicional adaptadas al ciclo de las especies de temporada pueden considerarse un ejemplo adecuado de buena praxis (Domínguez, Gili & Grinyó, 2011).

PROBLEMAS (IN)VISIBLES

1. Artes de pesca destructivas

Especialmente en las últimas décadas los fondos de las plataformas continentales de todos los océnos han sufrido el impacto de las actividades humanas. En concreto, los fondos marinos situados entre 50 y 200 m de profundidad han sido arrasados a causa de diferentes artes y praxis pesqueras (Domínguez, Gili & Grinyó, 2011).

¿Cuáles son las artes de pesca más insostenibles?

  • Pesca de arrastre: consiste en una red abierta que arrastra por el fondo un barco en movimiento, de manera que atrapa todo lo que hay en su trayectoria. Es una técnica de pesca activa, poco selectiva y daña el fondo marino.
  • Uso de explosivos o veneno: se hacen estallar explosivos o se echan pesticidas o cianuro al agua con la finalidad de matar los peces que recogerá una red o un grupo de submarinistas. Esta técnica activa no es nada selectiva y destruye el fondo marino.
  • De cerco, al cerco: consiste en utilizar una red para rodear un banco de peces que se han atraído previamente con una fuente de luz. Se trata, por tanto, de un arte de pesca activa. La red se mantiene vertical mediante boyas fijadas en la parte superior y pesos en la parte inferior. En principio, esta técnica es selectiva y respetuosa con el medio ambiente, pero cuando se utilizan tecnologías muy potentes para atraer (luces) o ubicar (sonares y radares) los bancos de peces la escala de las capturas se puede multiplicar hasta extremos no sostenibles.
  • El trasmallo: se tarta de una aparejo compuesto por tres redes paralelas que se mantienen verticales como una cortina mediante boyas y pesos que se anclan en el fondo marino. La red central tiene un diámetro de malla menor que las otras dos, lo que hace que se enreden en ellas peces de diferente diámetro. Se trata, por tanto, de una técnica pasiva no selectiva y poco respetuosa del medio. En 1992 la ONU prohibió los trasmallos de más de 2,5 km, ya que solían utilizarse algunos de hasta 50 km, con consecuencias catastróficas para la vida marina, entre los cuales se contaban, según la Comisión Ballenera Internacional, casi diez mil cetáceos (delfines, ballenas, etc.) al año.
  • “Pesca fantasma”: se trata de redes y otros instrumentos de pesca abandonados que continúan atrapando todo tipo de organismos marinos, incluso cetáceos y tortugas.

2. Contaminación

En términos generales, la contaminación consiste en una alteración de las condiciones normales o deseadas de una cosa causada por un agente físico, químico o biológico. La contaminación ambiental, en concreto, es la introducción de sustancias perjudiciales no habituales en el medio ambiente dado. Como ejemplo de contaminación ambiental suele venir a la mente la causada por el plástico en ríos, mares y océanos. Por caso, el plástico constituye el 95% de los residuos del Mediterráneo. Otros contaminantes derivados de la actividad humana son los herbicidas, los plaguicidas, los fertilizantes químicos, los detergentes, los hidrocarburos, las aguas residuales y una diversidad de sólidos (National Geographic, 2016).

Muchos contaminantes se acumulan en las profundidades de los econsistemas marinos, donde son ingeridos por pequeños organismos, con lo cual se introducen en la cadena alimentaria global. Entre las sustancias que pueden llegar al mar por diversos medios se cuentan algunos medicamentos que acaban en el pescado, el marisco o la sal que consumimos. Otros contaminantes que tiramos en el mar, tales como bolsas, espumas de goma y otros sólidos, también pueden ser ingeridos por peces, aves y mamíferos que los confunden con alimento (National Geographic, 2016).

Por último, las corrientes oceánicas arrastran miles de millones de objetos de plástico en descomposición parcial, entre otros materiales, los cuales llegan a formar remolinos de basura gigantescos (National Geographic, 2016). Se han identificado seis grandes remolinos -o sopas de plástico, islas de plástico, etc.- en diversos océanos del mundo: uno en el Océanos Índico, dos en el Atlántico (Norte y Sur), dos en el Pacífico (Norte y Surt) y uno en el Ártico. Cabe señalar que el plástico que se encuentra en la superficie representa menos del 15% de todo el plástico que contamina nuestros mares, con lo cual esas islas no son más que la punta del iceberg del plástico contaminante (Greenpeace, 2022).

Según las Naciones Unidas, cada año van a parar a los océanos 8 millones de toneladas de desechos plásticos. El 70% de la basura marina proviene de actividades terrestres y en el caso del plástico esa proporción sube a 80%. Hemos de mencionar que la pesca de arrastre, si bien destruye el fondo marino, también contribuya la reducción de los contaminantes sólidos, ya que los que quedan atrapados en las redes se devuelven a los puertos, donde, por lo general, se reciclan.

3. Pesca ilegal, no declarada y no reglamentada

Las prácticas más comunes rlacionadas con la pesca ilegal son no declarar las capturas y operar en una pesquería no regulada, sin gestión.

La FAO estima que este tipo de pesca puede llegar a los 26 millones de toneladas anuales, con un valor de mercado de entre 10.000 y 23.000 millones de dólares. Las estimaciones indican que las capturas ilegales comprenden entre un 13 y 31% de la producción total declarada de productos de pesca. A nivel europeo, la WWW estima que un 15% del pescado que entra en la región se ha obtenido mediante prácticas ilegales.

Para las ONG, todos estos números reflejan un problema muy extendido y habitual, cuya principal causa es una gobernanza pesquera inadecuada, es decir, la falta de planes de gestión y protocolos de control y seguimiento adecuados para un aprovechamiento sostenible de los recursos pesqueros.

Con todo, la Unión Europea está realizando controles exhaustivos para combatir la pesca ilegal gracias a la aprobación de diversos reglamentos a fines de la década pasada. El otro objetivo es la divulgación de buenas prácticas a otros países, ya que la UE es el principal importador mundial de productos de pesca. En particular, un 60% de esos productos proviene de países extracomunitarios.

¿Cómo se lleva a la práctica? Se imprimen tarjetas de advertencia amarillas y rojas para que países como Tailandia o Camboya, que exportan grandes cantidades de productos pesqueros a la Unión Europea, actúen en el control de la pesca ilegal relacionada con sus flotas y sus territorios (WWW, 2022).

4. Cambio climático

Tal como afirma el investigador de la Universidad de Columbia Británica, William Cheung, uno de los principales indicadores del cambio climático relacionado con los ecosistemas marinos es la temperatura del agua. Los océanos se están calentando y, en consecuencia acidificando, ya que el agua a mayor temperatura puede retener menores cantidades de oxígeno. Estos dos factores afectan a todas las especeies marinas, las cuales tienden a desplazarse hacia zonas de menor temperatura que les permitan vivir en condiciones óptimas. En consecuencia, se espera un aumento de poblaciones en áreas de aguas subtropicales y templadas en contraste con las de aguas tropicales. Sin embargo, la migración como respuesta al calentamiento del agua no es factible para las especies sésiles, como el coral, ni para aquellas cuyo ciclo vital depende de ellas, como muchos peces, moluscos y crustáceos.

Asimismo, las investigaciones científicas confirman que el calentamiento del mar está afectando a las poblaciones de peces desde hace décadas. Un estudio publicado en Science, elaborado por científicos de la Bren School of Environmental Science & Management, de la Universidad de California en Santa Barbara, concluye que entre 1930 y 2010 el calentamiento oceánico global ha causado una reducción promedio del 4% en las capturas pesqueras.

El colectivo científico advierte que nuestro conocimiento todavía tiene numerosas lagunas: ¿Qué subsectores se verán más afectados? ¿Cómo interactúan los plásticos y microplásticos en estas condiciones ambientales? ¿Qué efectos tendrán en los trópicos? ¿Hasta qué punto y cómo pueden mitigar el cambio climático los propios océanos? ¿Cómo interactúan los impactos que causamos en el medio marino? Como vemos, hay muchas incógnitas, por lo que se deben potenciar los estudios en estas líneas de investigación, en conjunto con políticas de control y seguimiento, pero sin olvidar que debemos divulgar y mantener informada a la población.

5. La sobrexplotación: ¡el mar se nos vacía!

La mayoria de los estudios sobre este problema se han realizado en la Unión Europea y en América del Norte, por lo cual los datos disponibles provenir de estas regiones, aunque los hay de otras partes, facilitados por Greenpeace o la WWF:

  • El 63% de las poblaciones mundiales de peces se consideran sobreexplotadas.
  • Se han perdido 40 mil puestos de trabajo con el colapso de una población de bacalao que ha sido sobrexplotada.
  • La sobrexplotación pesquera afecta a más del 90% de las poblaciones estudiadas en el mar Mediterráneo y al 40% de las de aguas europeas del Atlántico.
  • Las poblaciones de atún y bonito -especies de gran importancia para el consumo humano- han caído un 74% en los últimos 40 años.

Como hemos dicho, falta información sobre las pesquerías y un tipo fundamental de información atañe al estado de conservación de las poblaciones de peces vulnerables a una elevada presión de pesca. Además, cabe tener en cuenta el cambio de las artes de pesca, ya que con frecuencia se sustituyen las técnicas artesanales (a menudo sostenibles) por barcos gigantescos con ecosondas, capaces de arrasar bancos completos de peces ¡y hasta el propio fondo marino! Y cuando el recurso se torna insuficiente, estas embarcaciones se desplazan a nuevos territorios para repetir la devastación (Greenpeace, 2022).

Por tanto, se está pescando de manera masiva, poco selectiva y sin conocimiento suficiente, sin permitir la recuperación natural de las poblaciones de peces y afectando diversas especies en peligro, tales como cetáceos y tortugas.

¿Qué problemas supone la sobrepesca?

  • ¡Se vacían los mares!
  • Trastoca el equilibrio trófico (alimentario) de los ecosistemas marinos.
  • Causa un elevado impacto social en las comunidades de que dependen de estos recursos.
  • Pone en peligro una fuente de proteína vital para más de la mitad de los habitantes del planeta.

¿CÓMO DEBERÍA SER LA PESCA SOSTENIBLE?

Hemos examinado los principales problemas a los que se enfrenta la pesca y, por ello, debemos ser conscientes de que nuestros mares y océanos se están alterando a un ritmo vertiginoso, algo que se agravará si mantenemos el modelo actual de pesca y consumo.

¿Qué debemos hacer para revertir la situación?

  • Eliminar el mercado negro de recursos pesqueros.
  • Mejorar las condiciones laborales del colectivo de pescadores y pescadoras.
  • Fomentar la pesca con asesoramiento científico, selectiva (devolver al mar las especies sin interés para el consumo humano y los individuos que no cumplen con los óptimos biológicos) y respetuosa del fondo marino.
  • Alentar la investigación con el fin de evaluar con mayor eficacia el estado de las poblaciones de peces, prevenir la sobrepesca y afrontar el cambio climático.
  • Conscienciar a la población mediante publicaciones y actividades de divulgación.
  • Controlar la contaminación del medio marino. Para ello es necesario que contribuya toda la sociedad.
  • Mejorar el cumplimiento de la normativa y hacerla más estricta, especialmente respecto de los países extracomunitarios.
  • Ampliar la red de reservas marinas.
  • Dar más importancia a la pesca continental.
  • Reducir los impactos negativos de la pesca sobre el medio ambiente mediante soluciones tecnológicas y de gestión comunitaria.
  • Recopilar y publicar una base de datos de capturas mundiales.
  • Mejorar la comprensión de los aspectos socioeconómicos de las pesca.
  • Reconocer la importancia de la pesca artesanal como instrumento fundamental para la mitigación de la pobreza y promoción de la seguridad alimentaria.

¡PASEMOS A LA ACCIÓN!

  • Apoyar la pesca artesanal i sostenible.
  • Consumir productos de proximidad y de temporada para favorecer una reducción de las emisiones de dióxido de carbono causadas por el transporte y conservación de pescado durante largos períodos, respetando el ciclo de vida de los peces. Esto beneficiará al colectivo de pescadores y pescadoras y, a la vez, ofrecerá productos frescos de calidad al consumidor.
  • Informarse y concienciarse de que la gran mayoría de los residuos acaba en los mares, por lo que debemos incidir en todo aquello que depende de nosotros como consumidores. Por ejemplo, una buena manera de hacerlo es reducir los residuos que generamos, en particular los envases y los plásticos que utilizamos.
  • Averiguar el método de pesca utilizado, rechazar el producto obtenido mediante artes de pesca no sostenibles y comprar en puntos de venta autorizados para desalentar las capturas ilegales y no poner en riesgo nuestra salud.
  • En relación con lo anterior, comprar productos con etiquetado oficial que incluya toda la información requerida por los gobiernos y los consumidores. Esa información debe incluir:
    • Categoría arte de pesca.
    • Peso.
    • Operador alimentario (empresa y dirección).
    • Método de producción y, si cabe, zona de captura.
    • Puerto y fecha de desembarco.
    • Condiciones de conservación.
    • Fecha límite de consumo preferente o de caducidad, según corresponda.